El dolor de espalda baja (DEB) es una de las condiciones médicas más tratadas por los profesionales de la salud. Más del 70% (Melloh y cols 2008) de las personas tendrá DEB al menos una vez en su vida y del 5 al 10% de estos casos, desarrollará dolor de espalda baja crónico (con más de 3 meses de duración). Sabiendo que esto concierne a millones de personas, surge la pregunta obligada: ¿Cómo lo detenemos?
Primero que nada, el dolor de espalda no es algo que se “detiene”. El dolor es parte de nuestras vidas, una parte beneficiosa en los casos correctos. El dolor nos avisa cuándo tenemos que bajar el ritmo o checarnos en caso de lesión. El dolor agudo; es decir, aquel dolor que se detecta dentro de los primeros días de una lesión actúa como un sistema de alarma para el cuerpo. El problema es cuando experimentamos dolor crónico (que dura más del tiempo normal de curación).
Lo interesante sobre el DEB es que más del 90% de los casos se recuperará en las semanas siguientes sin ningún tratamiento. En la mayoría de los casos, el mejor medicamento es retomar tus actividades normales de tu vida diaria.
¿Te “torciste” la espalda cuando estabas haciendo alguna actividad? No hay problema, sigue moviéndote y tu espalda mejorará en unos cuantos días. No intentes establecer una nueva marca personal en cargar peso muerto o en colgarte de una canasta de basquetbol por primera vez, pero, no te sientes en el sillón ni tomes medicamento como si fueran dulces.
La primera objeción que se escucha a la recomendación de “sigue moviéndote” es el miedo a empeorar las cosas. Esto es entendible, ya que solo toma un par de búsquedas en internet para encontrar historias de terror relacionadas al dolor de espalda baja como que “el dolor de espalda baja termina en parálisis total de las piernas” o que es “precursor del cáncer.
Cabe mencionar que lo anterior son las excepciones, mas no la regla. Un buen profesional de la salud buscará banderas amarillas o rojas y encontrará el mejor remedio.
¿Qué cuál es el mejor remedio? Sigue leyendo.
Mencionaremos primero los ‘qué si’ y ‘qué no’ para el tratamiento del dolor de espalda baja de acuerdo con la evidencia actual; al mismo tiempo, desmentiremos algunos mitos. La finalidad de este blog es el darte las herramientas necesarias para controlar tu salud. Existe mucha información en internet relacionada con el dolor y cómo tratarlo. No necesitas un masaje, pistolas de masaje, ajustes o inyecciones para tratar tu dolor. En la mayoría de los casos, tú puedes manejar el dolor por tu cuenta. Algunas veces, solo necesitas un poco de guía. Justo ahí es donde los fisios podemos ayudarte.
Los discos no se deslizan. Tu espalda es fuerte
Empecemos con uno de los mitos más comunes relacionados con el dolor de espalda baja: un disco deslizado.
Mientras que una Resonancia Magnética Nuclear (RMN) es una intervención fenomenal y puede aportar información que salva vidas, también puede ser un daño innecesario (Flynn T y cols 2011) y hacerte gastar millones de pesos (Rohman, M 2018), en el cuidado de tu salud. Resultados ‘pobres’ de una RM (Finan y cols 2013) provoca que las personas busquen que se les realice una cirugía innecesaria, tomar medicamentos no necesarios y evitar actividades que aman. Paradójicamente, las actividades que les indican no realizar (por ejemplo, correr, escalar, levantar pesas, practicar deporte), son las que reducen el dolor (Hansen y cols 2020), mejoran la fuerza y la resistencia del cuerpo, y muchas veces, revierten los hallazgos (Hunter & Eckstein 2009) mostrados en la RMN.
El ‘descubrimiento’ principal de estos resultados de las RMN, es el deslizamiento del disco, oficialmente conocido como “hernia de disco”.
Si te realizan una RMN de tu espalda baja mañana, existe una posibilidad decente de que mostrará (Brinjikji y cols 2014) alguna combinación de protrusiones de disco (reportados como herniados), artritis, disminución del espacio (estenosis) y “picos de loro” (osteofitos). Estos resultados “anormales” de una RMN son bastante normales, especialmente mientras envejecemos. Nuestros cuerpos se degeneran con el tiempo, es parte de la vida. Muchas personas con dolor de espalda presentan resultados normales en una RMN, mientras que un porcentaje significativo de personas sin dolor (asintomáticos) tienen “reportes anormales” (Fritz J, 2015).
Realizarse una RMN, regularmente es más dañino que benéfico. Recibir una RMN como primera opción de evaluación lleva a resultados pobres para los pacientes con dolor de espalda baja. La RMN causa comportamientos que evitan movimientos por miedo, ya que los pacientes tienen temor de moverse para evitar “causarse más daño”. En realidad, la falta de movimiento regularmente intensifica los síntomas y retrasa la recuperación.
Nuestros cuerpos son extraordinariamente resistentes y robustos. Esto no significa que la estenosis o hernias severas nunca son un problema, pero, en la mayoría de los casos, un estilo de vida saludable resolverá el dolor y te ayudará a moverte de la manera que quieras hacerlo. ¿Sabías que las hernias sanan por sí solas? (Chiu & cols 2014)
Lo peor que podemos hacer para el dolor de espalda baja es dejar de movernos. Esto nos lleva al segundo mito.
Redondear tu espalda es seguro. Una vez más: TU COLUMNA ES FUERTE
“No redondees tu espalda”, “levanta cosas con tus rodillas, no con tu espalda” y “mantén tu espalda recta” son las frases más comúnmente utilizadas para “prevenir lesiones”. Al revisar la literatura, estas frases fallan por completo.
Levantar objetos o peso con una espalda redondeada (conocida como flexión lumbar) no significa que te vas a lesionar. Un estudio reciente (Saraceni & cols 2020) revisó más de 4500 artículos para determinar qué es lo que la evidencia actual tiene que decir sobre levantar objetos o peso con una espalda baja redondeada: Los investigadores concluyeron lo siguiente:
“No hubo asociación prospectiva entre la flexión de la columna lumbar al levantar objetos y el desarrollo de dolor de espalda baja incapacitante. No hubo diferencia en el pico de la flexión lumbar al realizar la carga entre personas con y sin dolor de espalda baja. El consejo actual de evitar la flexión lumbar para reducir el dolor de espalda baja no tiene evidencia científica”.
Traducción: levantar objetos o peso con una espalda redondeada no causa ni mantiene el dolor de espalda baja.
El entrenamiento en ergonomía del lugar de trabajo enfocado en reducir la flexión lumbar no funciona (V. J 2012). No vale la pena(Sowah & cols 2018) el tiempo o esfuerzo para enseñarle a la gente que mantengan sus espaldas rectas. El dolor y las lesiones son multifactoriales y la respuesta rara vez es enfocarse en una sola causa.
Investigando específicamente el dolor relacionado con el trabajo, la baja satisfacción en el trabajo, la poca tolerancia al ejercicio, la inactividad y los problemas de salud son más preocupantes que la técnica para levantar objetos. Al investigar lesiones en general, la sobrecarga y la pobre recuperación son las principales culpables (Bittencourt N,.2015)
Esto no significa que realizar al máximo el peso muerto con una espalda redondeada no provoque lesiones, pero la lesión puede ser resultado de la demanda del ejercicio hacia todo el cuerpo y no solo en la columna vertebral (los pesos muertos son muy demandantes). En lugar de enfocarse en las técnicas de levantamiento, enfócate en la salud en general y el ejercicio. La evidencia (Parreira P, 2018) muestra que el ejercicio es uno de los tratamientos más efectivos para el dolor de espalda en el trabajo.
TU POSTURA NO ES UN PROBLEMA. CHATEA LO QUE QUIERAS
La evidencia actual no respalda a la postura como conductora del dolor. El simple hecho de sentarse derecho no eliminará ni prevendrá el dolor (Barrett E & cols 2016).
Nuestros cuerpos son muy resistentes, y pueden sostenerte al sentarte en una posición encorvada por un tiempo. Pero ¿Qué pasa con la imagen del “cuello de texto” (Damasceno G & cols 2018) que aterra a las personas sobre las fuerzas excesivas que le aplicas a tu columna? No. Tu columna y sus músculos se ríen mientras preguntan: “¿Esto es todo lo que tienes?”
En lugar de ahorrar dinero para comprarse fajas y sillas sofisticadas, auto recétate una dosis frecuente de movimiento y pausas activas.
LA CIRUGÍA, LAS INYECCIONES Y LOS MEDICAMENTOS NO SON LA RESPUESTA
“Hay muy poca evidencia para la eficacia específica más allá de la farsa de procedimientos invasivos en el manejo del dolor crónico”.
Esta cita se encuentra en un estudio de 2019 (Jonas y cols) que agrupa los resultados de 25 estudios de investigación. La cirugía para el dolor de espalda baja fue incluida en esos estudios.
La evidencia (Jochimsen K & cols 2021) sugiere que la salud psicológica tiene un importante papel al determinar el éxito del cuidado posoperatorio.
Pacientes con altos niveles de quinesofobia (miedo al movimiento) y catastrofismo del dolor (enfocarse constantemente en el dolor y sensación de impotencia) son menos activos. La cirugía no rompe nuestros miedos, ansiedad y baja autoestima. Para eso, se necesita de un tratamiento personalizado centrado en el movimiento.
Aunque dependas solo del medicamento, los problemas continúan. El medicamento no trata la raíz principal del dolor de espalda y trae efectos secundarios. El medicamento tiene un lugar en el manejo del dolor, pero, fuera de experiencias quirúrgicas o traumáticas, no debería ser la primera línea de defensa, especialmente si se prescribe como la única solución.
Esta es una de las razones principales de adicción a los medicamentos contra el dolor por la que padece mucha gente. No solo los medicamentos para el dolor fallan en atender la causa raíz del dolor, sino que también traen consigo efectos secundarios no deseados, éstos, en conjunto con la naturaleza adictiva de los medicamentos, son la razón del uso inapropiado como primera opción de tratamiento.
NO HAY NECESIDAD DE REALINEAR
La evidencia (Lederman E, 2010) simplemente no apoya la idea de que nuestros cuerpos se salgan de su alineación. Además, no necesitamos balancearnos. Nuestros cuerpos son resistentes y adaptativos (ya lo mencionamos antes ¿no?).
Nuestros cuerpos cambian de acuerdo con las demandas a las que los sometemos. Es perfectamente normal y saludable estar “desbalanceado” (Pummer H & cols 2017) y tener más fuerza o más movilidad en un lado más que en el otro, especialmente si practicas (o has practicado) algún deporte mientras crecías. La alineación de nuestro cuerpo no importa; el estado físico, el metabólico (nutrición) y la salud mental son lo que importa.
La analogía común flotando alrededor del cuidado de la salud que nuestros cuerpos son como autos y necesitan un mantenimiento regular, simplemente no es cierta.
Una diferencia clave entre un cuerpo y un auto es la habilidad de adaptarse. Los autos solo se descomponen. Si tú llevas un auto a un viaje, no promueves su resistencia. No puedes incrementar los caballos de fuerza de un auto al subir colinas o llevarlo a una carrera. Por el contrario, el entrenamiento con peso y la carrera, construirá un cuerpo (Gibala y cols. 2012). La meditación y sueño de alta calidad pueden moldear nuestras mentes. Una gasolina de alta calidad ayudará a que un auto corra de manera óptima, pero la nutrición de alta calidad (Beck, K & cols 2015) también puede mejorar al cuerpo humano, más allá de su capacidad actual.
También, un auto necesita que alguien más lleve a cabo el mantenimiento. Tú estás en control de tu cuerpo. Un fisioterapeuta puede guiarte, pero finalmente tú eres quien tiene el control.
ENTONCES, ¿QUÉ DEBERÍAS HACER? LO ADIVINASTE: ¡MOVERTE!
Los estudios (Edge & Farrah, 2017) son claros en que el ejercicio y la actividad son la mejor medicina para la salud de huesos, articulaciones y cartílago (Santos L & cols 2017).
Pero ¿qué clase de ejercicio?
Independientemente de tu edad, el ejercicio moderado y de alta intensidad son apropiados y recomendados (Gric y cols 2020). Pero no tienes que levantar pesas para estar sano.
De acuerdo con la evidencia actual (Vanti y cols 2017), caminar es tan efectivo como otras formas de ejercicio para tratar tu dolor de espalda baja. Caminar también puede ayudar con la resistencia, la salud ósea, depresión y ansiedad.
Haz ejercicio y actividades que te gusten. Si estás disfrutándolo, es más probable que te adhieras a él. Si trabajas con un fisioterapeuta o un entrenador personal, asegúrate de que estén trabajando hacia tus metas y que incorporen actividades que disfrutes. Eso no significa que no tienes que trabajar duro para construir músculo y tener fuerza -caminar no puede hacer mucho aquí – pero puedes personalizar tu rutina.
Una rápida declaración: el estiramiento no resolverá tu DEB. Tampoco la falta de flexibilidad es causante del DEB. Contrario a la opinión popular, los ejercicios de estiramiento y de movilidad aislados no reducen el riesgo de lesión (Hart L, 2005). Algunos estudios (BrushØj C, 2008) que sí muestran un efecto protector de lesión potencial de abordajes multimodales (McHugh M & Cosgrave C, 2010), lo que significa que cuando el estiramiento se combina con un calentamiento activo y otras intervenciones d ejercicio, puede ser benéfico (Zakaria A, Kiningham R, Sen A, 2015). Estirarse no está mal – si te gusta hacerlo, hazlo – pero no es siempre necesario ni tampoco un tratamiento efectivo.
Al final del día, el dolor se ve diferente para cada uno y sus efectos en el día a día de una persona es también individual. La buena noticia es que hay un exceso de abordajes de tratamientos conservadores que no tienen los efectos secundarios del medicamento y la cirugía. Enfocándose en ejercicio (Naugle k & cols 2012), nutrición, sueño y salud emocional, como el estrés, felicidad, propósito, erc. Tú construirás la resiliencia de tu cuerpo para resistir los cambios futuros (Sturgeon J & Zautra A, 2013).
Si estás buscando un rápido “arreglo” para tu dolor de espalda baka, tal vez te puedas ver cayendo en los mismos problemas repetidamente. En lugar de esto, tienes que saber que la próxima vez que sientas dolor en tu espalda, si te mantienes en movimiento, lo más probable es que se resuelva en algunas horas o días. Si sientes que ocurrió una lesión, el progreso no es el que esperas o si estás preocupado(a) sobre riesgos futuros. Contáctanos.
El objetivo de la fisioterapia no es “arreglarte” sino, ayudarte a que conozcas las herramientas para que tengas la confianza de vivir la vida que quieres. Nuestros fisios te pueden enseñar lo relacionado con el dolor, a tener más fuerza y a navegar en el campo de minas de la desinformación de la salud.
AUTOR: Zach Walston PT, DPT,OCS
TRADUCIDO y ADAPTADO POR: Hilda Patricia Velázquez Tudón LTF, M en C
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